Piedra papel tijera. Pedro Avellaned
26 julio – 15 septiembre 2013
El Museo de Teruel presenta la exposición Piedra papel tijera. Pedro Avellaned, organizada en colaboración con la Diputación de Huesca, que la presentó en su Sala de Exposiciones del 24 de mayo al 16 de julio. Es una exposición retrospectiva que incluye más de 200 obras, muchas inéditas, entre collages, rayogramas, solarizaciones, imágenes coloreadas a mano, etc., seleccionadas por el comisario de la muestra, Antonio Ansón. Proceden en su mayoría de la colección del fotógrafo, pero también de colecciones particulares e institucionales. Además, se contará con material original del estudio de Avellaned: recortes, películas, objetos personales del fotógrafo, que ilustran el método de trabajo del autor.
En palabras de Antonio Ansón, Pedro Avellaned es uno de los máximos representantes de la imagen manipulada en España. Tiene como materia prima un espacio interior, a donde vuelve de manera obsesiva una y otra vez para beber de las fuentes de la infancia y de la memoria. Esta exposición refleja su particular mundo y su exclusiva manera de hacer collage.
La noche, con todos sus elementos incorporados, la luna, el secreto, la oscuridad, lo íntimo, como lugar mítico de ensoñación también y puerta por donde escapar de una realidad opresora y asfixiante. El cuerpo como lugar de experiencia del dolor y del placer a partes igual de forma indisociable, es decir, el pecado y el placer reunidos en una misma experiencia religiosa y trascendente. El hermano muerto. Las pesadillas. El vivir apasionado. Los insomnios. Un mundo íntimo de corrientes y remolinos que bulle bajo la superficie. La sublimación de los demonios personales constituyen las fuentes principales de las que se nutre el trabajo del artista.
En su formación intervienen dos disciplinas presentes su obra: el teatro y el cine, y cuenta, por otro lado, con el Goya de las pinturas negras, con el surrealismo y Buñuel como referentes. Del cine incorpora las construcciones seriadas, a modo de secuencias que articulan un segmento temporal con sentido propio. Del teatro el autor adopta las puestas en escena. La mayoría de sus collages son concebidos como teatros donde se interpreta un drama, otras veces una comedia.
Hay que subrayar la economía de medios utilizada por el artista. No hay despliegue de recursos ni trabajos espectaculares, sino con materiales cercanos y modestos, una actitud artística que lo acerca al arte povera de finales de los sesenta. Podría hablarse de una estética de lo precario, pues con muy poco Pedro Avellaned es capaz de crear todo un mundo complejo y personal.
Los collages de Pedro Avellaned podrían definirse como un explícito autorretrato en donde el autor se busca, indaga y se pregunta sobre la identidad y su lugar en el mundo, tanto si es el propio autor quien aparece en los collages, tal y como ocurre en muchos casos, como cuando asalta y roba otras imágenes y cuerpos para representarse a sí mismo en las escenas que Pedro Avellaned construye para explicarse y contarnos sus interrogantes.
El último territorio explorado por Pedro Avellaned es el de la imagen digital, aunque no como en principio se podría entender este término. Pedro Avellaned utiliza cámaras digitales pero no manipula las imágenes mediante un tratamiento con las aplicaciones convencionales. Saca partido a la cámara digital jugando con las posibilidades que el propio aparato ofrece obteniendo un resultado sorprendente. Consigue lo que a pocos les es concedido, tener un sello identificable, una voz reconocible.