En la actual provincia de Teruel, los bifaces de San Blas corresponden a la primera ocupación documentada, tradicionalmente adjudicados al Paleolítico Inferior. Las evidencias más consistentes de grupos humanos datan del Paleolítico Medio en Cuesta de la Bajada, donde las herramientas de piedra, fabricadas a partir de cantos rodados de sílex y caliza, y los restos de sus presas sugieren la importancia que adquiere la caza. Se produce una evolución de las técnicas de talla en raederas, raspadores, hojas de dorso y buriles, en parte obtenidas con la denominada técnica levallois, en objetos procedentes de yacimientos como el abrigo de Eudoviges (Alacón) y la Cueva de los Toros (Cantavieja).
El Paleolítico Superior está representado por buriles, puntas, raspadores y perforadores en el Abrigo de Ángel (Ladruñán), los niveles superiores de la Cueva de los Toros o el Barranco de la Tejería en Monteagudo del Castillo. El Epipaleolítico se caracteriza por la presencia de pequeños grupos de cazadores-recolectores, cuyo utillaje consistió, a lo largo del IX milenio a. de C., en herramientas macrolíticas como los denticulados, predominando el uso de lascas en forma de raedera, además de choppers y chopping-tool. A partir del VIII milenio a. de C. se tiende hacia piezas geométricas de menor tamaño, sobre todo trapecios, triángulos y triángulos a doble bisel.