Navaja compuesta por una gruesa hoja de acero, acabada en punta, que se dobla sobre el mango para que el filo quede guardado entre las dos cachas; éstas, ligeramente curvadas, tienen una base metálica sobre la que se disponen, en ambas caras, placas de carey y de hueso, con un motivo floral grabado en una de las placas de carey, y motivos vegetales estilizados incisos en las de hueso. Las cantoneras o virolas son de latón, formando tres festones en la parte que se une a la hoja, y una sucesión de tres círculos en el otro extremo, de donde pende una pequeña argolla.
Este tipo de navaja es originario de Thiers (Francia), donde se realizaron, a finales del siglo XIX, ejemplares de mango decorado con incrustaciones de carey y hueso, y virolas de latón similares a las que presenta nuestra navaja. Las hojas eran fabricadas generalmente en España, algunas de ellas con punzón de Toledo, y otras con leyendas alusivas a España. En Zaragoza también se elaboraron navajas de este estilo, pero con el mango decorado con placas de asta.