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Adquisición obra de Salvador Gisbert
9 mayo, 2013
EL MUSEO DE TERUEL ADQUIERE MÁS DE 60 DIBUJOS Y ACUARELAS DE SALVADOR GISBERT FECHADOS EN 1871
POSEEN UN IMPORTANTE VALOR ARTÍSTICO
El Museo de Teruel ha dado a conocer hoy la adquisición de un importante conjunto de 63 dibujos y acuarelas de Salvador Gisbert, considerado como el mejor artista turolense entresiglos. Fechados en 1871, forman parte de un álbum y constituyen un magnífico recorrido creativo por el costumbrismo aragonés de finales del siglo XIX.
El citado álbum contiene 60 dibujos originales a lápiz, algunos muy elaborados, y tres acuarelas. La edición tiene un formato de 21’5 x 27 cm y varios de los dibujos son a toda plana. La mayoría de ellos están firmados por Salvador Gisbert, aunque también se incluye un dibujo realizado por el pintor de Zaragoza Ramón Gálvez.
En este álbum se muestran los variados intereses temáticos que caracterizaron la producción artística de Salvador Gisbert. Al igual que hicieron los restantes pintores de la época, Gisbert practicó diversos géneros: la pintura de historia, la costumbrista, la religiosa, el retrato y el paisaje. Y lo hizo, naturalmente, según los cánones imperantes en el ultimo cuarto de siglo XIX: se ajustó al neoclasicismo reinante, aproximándose cada vez más al realismo, aunque no dudó en emplear un tratamiento romántico cuando el asunto lo requería.
Los dibujos se encuentran en buen estado de conservación, debido a que cada uno de ellos se encontraba protegido por una solapa. Más deficiente es el estado de las cubiertas del álbum.
Como dato curioso señalar que el álbum fue objeto de regalo según se indica en la dedicatoria que firmó algún anterior propietario. En concreto, existe una dedicatoria de Pedro Jubero a un tal “Legui” fechada en el frente de Teruel, en mayo de 1938.
EL MEJOR ARTISTA TUROLENSE ENTRESIGLOS
Salvador Gisbert (1851-1912) fue el mejor artista turolense durante el periodo que va de finales del siglo XIX a comienzos del siglo XX. Tuvo además una gran influencia en buena parte de los creadores turolenses del primer cuarto del pasado siglo. No sólo fue notable su producción de lienzos y dibujos, también debe destacarse su trabajo en el ámbito de la pintura mural. Entre los ejemplos más sobresalientes de esa última faceta, hay que subrayar la decoración del interior de la Iglesia de San Pedro de Teruel.
En 1997, la Diputación Provincial de Teruel e Ibercaja organizaron en el Museo de Teruel la exposición antológica “Salvador Gisbert: recuperar la memoria”, que permitió redescubrir y valorar adecuadamente la trayectoria creativa de este artista turolense de principios de siglo XX que permanecía un tanto olvidado. En 2012, la restauración por el Museo de Teruel del cuadro “La Vaquilla del Ángel” constituyó otra excelente oportunidad para aproximarse de nuevo a la obra de Salvador Gisbert.
Ahora, con la reciente adquisición de una nutrida serie de dibujos y acuarelas de Salvador Gisbert, el Museo de Teruel se enriquece aún más esa permanente tarea redescubrimiento y revalorización de este singular y polifacético artista turolense.
UNA BIOGRAFÍA ENRAIZADA EN TERUEL
Salvador Gisbert Jimeno nació en la localidad turolense de Blesa en 1851, donde vivió su adolescencia y juventud. Allí se conserva aún la casa familiar en la que creció y se inició en su dedicación artística, así como la que él mismo mandó construir años más tarde. Sabemos también que el joven Gisbert se inició pronto en la pintura y en el dibujo, bajo la atenta mirada de su padrino y benefactor Santiago González, un religioso y culto personaje que, a lo largo de su azarosa vida, practicó asimismo la pintura. De hecho, el primer “Album de Dibujo” de Gisbert data de 1868, cuando tan sólo contaba con 17 años de edad. Sus primeros trabajos consistieron en la decoración de la vivienda familiar, así como de otras casas solariegas de Blesa.
En 1876 abandonó Teruel para trasladarse a Madrid, donde completó su aprendizaje académico. Tres años más tarde regresa a Teruel, donde se instala ya de forma permanente y contrae matrimonio. Desde 1890 hasta el final de su vida, desarrolló una ingente actividad profesional, tanto en su vertiente artística como en sus trabajos como delineante de la Diputación Provincial o profesor de Dibujo en la Sociedad Económica de Amigos del País y en el Instituto de Bachillerato. También colaboraría, con textos e ilustraciones, en diversas publicaciones periódicas turolenses de la época. Su proyección se limitará, sin embargo, al territorio provincial y al círculo de amistades madrileñas derivado de las buenas relaciones personales y profesionales que mantuvo con miembros de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Murió en Teruel, en 1912.
UNA VARIADA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA
El rasgo fundamental que caracteriza la variada producción artística de Salvador Gisbert es que se trata de una obra vinculada estrechamente al tiempo y al lugar en que se elaboró. A lo largo de toda su vida tuvo preferencia por la pintura costumbrista, la de historia y la religiosa. A comienzos del siglo XX, sin embargo, se enfrentará con el paisaje, género que se había convertido en uno de los temas de moda. Un tratamiento del paisaje que, además, muestra evidentes síntomas de una incipiente modernidad que hasta entonces no había asomado en los trabajos de Gisbert.
Tuvo Salvador Gisbert una escasa y poco reconocida actividad expositiva. Tanto en las exposiciones nacionales como regionales en que participó tuvo escasa fortuna.
Durante sus últimos años se interesó vivamente por la arquitectura. Ello no quiere decir que se convirtiese en arquitecto sino que profundizó en la labor que estaba llevando a cabo desde el seno de la Diputación Provincial de Teruel y de la Junta Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Teruel.