DE MUÑECAS, MECANOS Y JUEGOS REUNIDOS. 20 aniversario del Museo de Juguetes de Albarracín
24 octubre 2018-24 febrero 2019
¿A QUÉ JUGAMOS? Con el juguete hacia la igualdad
Los juguetes educan, aleccionan, crean hábitos e imponen modelos de conducta en la infancia. El juego es un ejercicio de expresión que contribuye a la realización, desarrollo y crecimiento personal del individuo, además de favorecer las relaciones con sus semejantes. Cada sociedad ha creado su modelo relacional a lo largo de la historia, contribuyendo a diferenciar lo masculino de lo femenino a través de una serie de supuestas características propias de cada sexo: la agresividad, actividad, sentido del dominio, fuerza, intelectualidad o estabilidad emocional definían lo masculino y, por otra parte, la intimidad, pasividad, dependencia, intuición, inestabilidad emocional, deseo de agradar, discreción o entrega definían lo femenino. En consecuencia, hasta la década de los años 80 del siglo XX, ha existido una evidente voluntad de imponer lo que se consideraba el juego adecuado para uno u otro sexo. En un intento de fomentar este modelo diferenciador, ellos, los niños, han jugado a ser héroes, aventureros, médicos, aviadores, soldados, policías, constructores, inventores, científicos o deportistas, y por otro lado ellas, las niñas, a ser madres, amas de casa, enfermeras, maestras, modistas, peluqueras, bailarinas o princesas.
Eran los juguetes más comunes las cocinas a escala, máquinas de coser, planchas de la ropa, utensilios de limpieza, muñecos bebé y muñecas con vestidos para las niñas. Los trenes, camiones, coches, mecanos, pelotas, soldados de plomo, bicicletas o armas para los niños. Raras veces jugaban juntos con un juego de mesa o similares.
La publicidad del juguete o la imagen que ilustraba su caja y embalaje, siempre ha definido claramente quienes serían sus usuarios. No es el propio juguete el que posee diferencias de género, sino su presentación por medio de estereotipos que fomentan el sexismo, atribuyendo a niños o niñas determinados roles sociales. Tanto fabricantes como compradores han coincidido en este aspecto diferenciador fruto de la ideología y cultura del momento, como veremos en esta exposición.
En España es a partir de los años ochenta cuando se hace uso de la ludoteca, un hecho relevante, pues se trata de espacios donde el juguete se almacena y se pone a disposición de los usuarios, niños y niñas, quienes eligen libremente con qué desean jugar, sin distinción ni imposición alguna. El cambio de mentalidad que se produce a partir de esta década obliga a la industria juguetera a adoptar ciertos cambios significativos en la presentación del juguete, viéndose obligados, por ejemplo, a que en las ilustraciones de las cajas aparezcan niños de ambos sexos.
Los juguetes se liberan poco a poco de esa carga sexista, carga que a priori no poseen, del mismo modo que la forma de educar a nuestros menores comenzará a ser igualitaria y libre.
El objetivo principal de esta exposición es dejar constancia de esta evolución en la concepción del juguete desde el siglo XIX hasta la segunda mitad del XX, a través de piezas de la colección de Eustaquio Castellano, pertenecientes al Museo de Juguetes de Albarracín, el cual ha conmemorado en noviembre de 2017 sus 20 años de existencia.
Marta Marco (Teruel, octubre 2018).
El Museo de Juguetes de Albarracín tiene su origen en la colección particular de Eustaquio Castellano, en su innata afición por el coleccionismo en general, y posteriormente, hacia los años sesenta, por su interés en el mundo infantil, especialmente el juguete. Eustaquio Castellano ha llegado a recopilar más de 10.000 juguetes y objetos relacionados con la infancia, siendo los más importantes los de hojalata, cartón, madera y otros materiales utilizados entre 1900 y 1960, años en los que la industria juguetera española alcanzó su máximo apogeo.
El Museo de Teruel exhibió el inicio de esta colección de juguetes en el Torreón de Ambeles de la ciudad de Teruel, durante los años 1983 a 1986. En 1996, la familia Castellano-Maciá decide constituir la Fundación Eustaquio Castellano, como entidad sin ánimo de lucro, que perpetúe el futuro de la colección y cuyo primer objetivo fue la apertura del Museo de Juguetes en Albarracín al año siguiente.
El Museo de Juguetes está ubicado en una antigua casa situada en el Arrabal de la localidad de Albarracín. El edificio consta de tres plantas, en las que se pueden contemplar juguetes confeccionados en España, o en otros países como Portugal, Francia, Alemania, Checoslovaquia, etc., y utilizando los diversos materiales empleados en la industria juguetera, como son, hojalata, madera, cartón, plomo, cerámica, etc. Muestra un amplio repertorio de objetos que permite al visitante adentrarse en el mundo de la infancia, pudiendo observar la evolución del juguete desde el siglo XIX hasta finales del siglo XX, en un porcentaje muy elevado son de fabricación española, predominando los valencianos y catalanes. Pero también están representadas piezas hechas por artesanos anónimos. El Museo de Albarracín complementa sus actividades con exposiciones itinerantes y talleres dedicados al mundo infantil.