Becarios Endesa 12. Yamandú Canosa, Vari Caramés, Curro González, Cristina Lucas, Fernando Sánchez Castillo
9 octubre 2014 – 6 enero 2015
Exposición de las obras cedidas al Museo de Teruel y a la Fundación Endesa por la concesión de la Beca Endesa. Corresponde a los cinco artistas seleccionados en la duodécima convocatoria (2011-2013). Se incluyen instalaciones, fotografías y pinturas de Yamandú Canosa, Vari Caramés, Curro González, Cristina Lucas y Fernando Sánchez Castillo.
Yamandú Canosa es un artista uruguayo residente en Barcelona que combina múltiples técnicas y cuyo discurso poético-plástico-crítico escapa a interpretaciones fáciles y estereotipadas. Con una trayectoria dilatada y coherente, se ha consolidado como una de las figuras clave en la escena creativa iberoamericana. Según Daniel Giralt Miracle, el sugerente y críptico Canosa, genera con su trabajo un mundo de imágenes polisémicas que tendrían como referentes cercanos el mundo de Joan Miró “por su magia”, el de Paul Klee “por su poesía visual” y el de Joaquín Torres-García “por el sustrato de sus sistemas constructivos”.
Vari Caramés es un creador gallego que fotografía y exhibe imágenes que invitan “al descubrimiento de lo mágico en lo cotidiano, en lo próximo”, como bien apunta Miguel Fernández-Cid. En Caramés la fotografía no es nunca el simple registro de la realidad, siempre va más allá y nos brinda la posibilidad de otra mirada sobre el mundo que nos rodea. Caramés observa y experimenta hasta ofrecernos una atmósfera diferente de nuestro entorno. Un sello personal que bien puede comprobarse ahora en esta serie fotográfica denominada “Vistas de Teruel”. En ella, de nuevo, consigue con su cámara y su sensibilidad mostrarnos otra ciudad. Teruel reinterpretada y redescubierta, nada más y nada menos.
El sevillano Curro González nos ofrece como fruto de su etapa de becario dos pinturas, “Artland-1950” y “Artland-2010”, y ocho acuarelas bajo el título común de “Louvre”. Se trata, como muy bien nos explica Fernando Huici, de una nueva aproximación crítica e irónica al papel de los grandes museos como una versión refinada del parque temático. Una vez más, este pintor de larga e intensa actividad artística elabora una obra cargada de humor y frescura, que abjura de los dogmatismos y del arte como una industria más del espectáculo. Frente a semejante coyuntura González cree, siguiendo a su admirado John Berger, que “el único futuro es la supervivencia y ése es ya un gran futuro”. Por eso huye de cualquier práctica endogámica y es que, como él mismo ha escrito, “nuestra experiencia es individual, pero debe trascendernos; la comunicación de esa experiencia debe hacerse transitiva. Con esta premisa intento ejecutar mi trabajo de pintor”.
Fotografía y vídeo son las herramientas de la jienense Cristina Lucas para mostrarnos su labor. “Una cartografía de subversiones” llama Estrella de Diego a sus planteamientos de testigo entrometida, a sus experimentos capaces de arrojar una sensación hipnótica que transforma lo cotidiano en acontecimiento como ocurre en su filme “Stardust”. En su estrategia como artista reflexiva y comprometida abundan las críticas al status quo. No en vano, Cristina Lucas siempre revisa los estereotipos en sus trabajos y gusta de trastornar lo convencional y vulnerabilizar lo consensuado. Se trata así de animar al espectador a enfrentarse a las problemáticas de su tiempo y a adoptar una postura activa ante el arte.
Por último, el madrileño Fernando Sánchez Castillo realiza sus obras en formato vídeo y en ellas, según la explicación de Luis Francisco Pérez, suele recurrir con frecuencia a la ironía trágica o festiva. Además, si como afirmara Freud “la verdad tiene estructura de ficción”, un artista como Sánchez Castillo abordará habitualmente en su trabajo los símbolos establecidos con un punto de sarcasmo que cuestiona la relación entre arte, poder e historia. Su trabajo con obras cargadas de simbolismo se aproxima a la historiografía, el periodismo o las ambiguas relaciones entre el poder y su propaganda. Aunque es autor de una producción de gran carga crítica, Sánchez Castillo aclara: ”mi trayectoria es de artista, no de agitador político. Un cuadro o una acuarela pueden ser provocadores, no necesitan apoyarse en objetos para provocar”.