La edad de oro en la alta costura
11 marzo – 9 mayo 2010
Exposición organizada en colaboración con el Banco Sabadell y comisariada por Josep Casamartina i Parassols. Se muestra una selección de la extensa colección textil Antoni de Montpalau. Esta colección particular se creó el año 2004 en Sabadell; consta alrededor de 1.700 piezas, entre tejidos, vestidos, complementos y bocetos, un conjunto que abarca desde el siglo XVI hasta la actualidad.
La edad de oro de la alta costura propone una revisión de los principales nombres de la moda española, especialmente la que se creó desde Barcelona, antes de la consolidación del prêt-à-porter. La alta costura de nuestro país, los principales modistos y modistas que inventaban modelos exclusivos, vivieron sus momentos de esplendor durante el período que abarca las décadas de 1920 a 1980. Esta eclosión fue paralela a lo que sucedía a escala internacional. La moda en mayúsculas tuvo siempre —y sigue teniendo— su centro en París, desde donde ha irradiado sus tendencias al resto del mundo occidental. España, no obstante, con algunos nombres totalmente integrados en la capital francesa, aportaría durante todos estos años su grano de arena a partir de una serie de creadores que marcarían época. De todos, el más importante fue Cristóbal Balenciaga, que triunfaría en París y en el mundo y acabaría siendo el principal couturier de todo el siglo XX; le seguirían Pedro Rodríguez y Manuel Pertegaz, ambos con una prolífica y dilatada producción, aún activa en el caso de este último. También hay que tener en cuenta el núcleo de creadores que tuvieron su centro de operaciones en Madrid, entre otros, Berhanyer, que también sería internacionalmente reconocido, o, en otra escala, Flora Villarreal, modista de la duquesa de Alba y otras personalidades de la nobleza y la alta burguesía madrileña, de quienes se incluye alguna pieza en la presente exposición.
Barcelona, con su proximidad y su contacto continuado con París, se convirtió indiscutiblemente en capital del textil, la moda y la confección españoles durante muchos años. La mayoría de las grandes casas nacidas en Barcelona —Rodríguez, Pertegaz, Bastida, Mir y Rovira— acabaron por abrir también sede en Madrid.
Entre todos contribuyeron a propiciar una industria importante de tejidos, confección artesana, bordados, pasamanería, sombreros y complementos. Y también, por encima de todo, una estética particular con denominación de origen, relacionada con París pero con personalidad propia que obtuvo un reconocimiento tanto en el mismo país como en el extranjero.
Esta exposición tiene un especial interés para el Museo de Teruel debido a la presencia de la obra de Manuel Pertegaz (Olba, 1918) y su vinculación con Teruel; queremos de esta manera rendir homenaje a uno de los grandes protagonistas de la alta costura en España.
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